viernes, 26 de febrero de 2010

LA BATALLA DEL PENSAMIENTO

"Hacer de nuevo apasionante el pensamiento" (Conferencias de Santiago López Petit en Madrid, Traficantes de Sueños)

La Idea ya no funciona como tal, se ha materializado y se ha convertido en Verdad: hablamos del capitalismo. Esta verdad es absurda y errónea por sí misma, pero funciona como Verdad.

Vivimos en la realización de la idea, dentro de ésta: movimientos de lucha ideológica como los que tuvieron su incursión en España allá en los años 70, ya no sirven como medio de combate contra una Verdad que no deja espacio fuera de ella para pensarse o pensar.

La palabra "crisis" tiene su origen en la medicina, de ahí su sentido de malestar. Pero si nos trasladamos del sentido terapeútico en el que tiene su raíz -en el que la autoestima cobra vital importancia dentro de la enfermedad del individuo- al ámbito socio político en el que actúa hoy en día, quizás sería más adecuado sustituir la palabra autoestima por la de dignidad.

¿Cómo atajar entonces la crisis en la que se encuentra el pensamiento en la actualidad?
La necesidad del pensamiento de realizarse en esta realidad nos lleva a la búsqueda del tipo de medios, de las armas para combatir esta crisis.
Las ideas no son suficientes, necesitan de un sentido y, una vez que lo han adquirido, sólo entonces, podrán hacerse Verdad.
El eje capitalista gira en torno a dos ideas fundamentales: la obviedad y la ineptitud. Es así como esta verdad deja al pensamiento sin armas. Si este sistema sólo tolera la obviedad y la ineptitud, el pensamiento se queda mudo, le es vedado su manifestación más clara: las palabras. Por eso, podríamos decir que la crisis del pensamiento actual es la crisis de las palabras.

El sabio no tiene ideas porque tiene la verdad -reza un proverbio japones. Este concepto de Verdad podría rebatirse: la verdad no puede existir al margen de las ideas, necesita de estas y de un sentido para hacerse Verdad. En este caso, la verdad no se entiende como absoluto que funciona al margen del pensamiento, sino como un proceso que no termina, que se está haciendo: la verdad se entiende como la lucha del pensamiento por conocer la verdad.

Las ideas, sin embargo, sí pueden desvelar esta Verdad-Realidad que se oculta bajo una apariencia basada en la unilateralidad. Un pequeño acto tan sencillo como sentarse en un supermercado y observar lo que ocurre, revelará al momento la obviedad y la ineptitud de la que hablábamos anteriormente -levántese de ahí, aquí no puede sentarse... aquí se viene a comprar... vamos-.

martes, 23 de febrero de 2010

MERCURIO EL DESORDENADO



Cada vez me parece todo más feo:
la gente, los bares, estortunudos
toses...
Diría que cuanto más limitada
insignificante y real me siento,
más feo me parece todo
y la gente
como yo.

Cuanto más me conozco
cuanto más reconozco
en mi mismo:
más feo nihilista -sin sentido-
sin sentimiento
-cargados de deudas-
sin pasado
sin futuro...
me parece nuestra gente
y el entorno en el que
vivo.

Aprecio mejor los contornos
la imposibilidad
de retorno. Eso era...
Es mejor
-pero yo no me atrevía-
un lugar como este
en el que estamos sumergidos
hasta el cuello
y buceando,
un lugar al que es imposible por fin
volver.

jueves, 18 de febrero de 2010


"Sopa de letras" (Mir, Vitoria-Gasteiz 2010)

miércoles, 17 de febrero de 2010

"Un globo, dos globos ..." (Mir, Vitoria-Gasteiz 2010)

lunes, 15 de febrero de 2010

(...) No busquen ya las nuestras a las otras palabras sino que se
avecinen
A ellas, pasen cerca, simplemente,
Y si una roza a otra, y si se unen
Sólo será tu luz una vez más,
Y nuestra concisión la que se disemine,
La escritura esfumándose, cumplida su tarea.

(Y un copo se retrasa, los ojos lo persiguen,
Uno quisiera contemplarlo siempre,
Otro se posa en la ofrecida mano.

Y otro más lento y como extraviado se aleja
Y gira, luego vuelve. ¿No es igual que decir
Que una palabra, otra, aún por inventar,
Redimiría el mundo? ¿Pero acaso sabemos
Si oímos tal palabra o la soñamos?)

Las Teas (Yves Bonnefoy) 

domingo, 14 de febrero de 2010

LA HISTORIA MÁS LARGA DEL MUNDO (RESUMIENDO MUCHO)



¿Quién es Heráclito el pingüino?
Heráclito el pingüino llora, mañana se apunta a yoga.

-Yo que quería bailar danza oriental... y seguro que termino bailando tregua catala espera. Piensa el pingüino Heráclito, y llora.

Pues se da el caso que yo iba por aquí y por allá, buscando mi nueva casa cuando una manada de osos polares aparecieron; y se llevaron toda la comida, se comieron a mis amigos, ¿sabe usted? Luego vino el deshielo, claro, y también se llevó los trocitos de glaciares en los que queríamos construir nuestras casas los pingüinos.

-¿A la deriva?
-No, no, no eran icebergs, cazurro usted. Lo que pasa es que había pájaros y cielos con estrellas por la noche y nos podíamos bañar dos veces en el mismo río.
-Pero usted se llama Heráclito...
-Sí, y mañana navidad...¿pero?
-Pues que uno no puede bañarse dos veces en el mismo río.
-Mira que interesante...
-Lo dijo usted.
-Ah no, ese debió ser mi hermano mellizo, el pingüino don Gabino. Hace tiempo que no nos vemos, vive en Alaska y allí sí que hay ríos, y bosques. Aquí en el polo norte sólo hay océano y mares, como usted puede observar. Pero nosotros, a veces, los llamamos ríos.

Disculpe, señora tortuga, me parece que decía usted...
-... Eterno retorno...
-¡Oiga, no farfulle! Que es de mala educación.
-Lo siento, no me acostumbro a hablar en voz alta. ¿Qué llevas en esa mochila?
-Se ha fijado... ¿Le gusta?
-Sí, sí, preciosa, muy bonita. ¿A ver? ... Una tortuga, dos tortugas, tortuga torcuata ... ¡tortugas y más tortugas!... Tortuga con letras pintadas en el caparazón

Margarita la tortuga llora. Le ha entrado un frío espantoso.

-¿Cuándo llegamos? Pregunta la tortuga Margarita.
-No se preocupe, ya falta poco. ¿Vé aquellos iglúes? ¿Vé a los esquimales? Justo después están los arrecifes.
-¡Ay madre mía! ¿Y qué beben esos lapones?
-Esquimales, Sra. Tortuga. Por cierto, ¿qué hace por aquí una tortuga? ¿Es que se ha perdido?

Margarita no responde.

-Margarita, digo... Sra. Tortuga, le gusta mi mochila ¿verdad?
-Sí, claro.
-Es suya, se la regalo.

Margarita sonríe agradecida a Heráclito el pingüino.

-Está bien así, ¿verdad?
-Sí, perfecto, está perfecto.

Bueno, ¿y de qué quería usted hablarme?

-Vea, Sr. Pingüino, ¿puedo llamarle Heráclito? Llegué aquí siguiendo un sueño. En él, una marmota decía algo extraño: "lo que queda es lo demás", y "las marmotas van a despertarse". Entonces, a la mañana siguiente, al despertar no podía quitármelo de la cabeza, ¿por qué? Me preguntaba, ¿qué querrá decir? Pensé que quizás, si conseguía seguir su recuerdo, encontraría un lugar intacto, donde no existiera ninguna huella. Así fue como se me ocurrió lo de Groenlandia, por la nieve, ¿entiende usted?
-Sí, ya veo.
-Pero he llegado hasta aquí y me encuentro con Heráclito, es decir, usted el sr. pingüino, que va pisando con sus patas palmípedas la nieve blanca... y después, los esquimales. La verdad, sólo me queda esperar.
-No la entiendo a usted, Margarita. ¿Esperar a qué?
-A que pase el invierno, supongo, a que el sol descongele las huellas de sus pisadas.
-Discúlpeme otra vez, pero ¿qué ganaría usted con eso?
-No lo se... Recuperaría mi sombra tal vez. Además, el invierno es muy duro aquí, hace días que no veo bien con el ojo izquierdo, creo que mirar la nieve ha empezado a quemar mis pupilas.
-Eso se arregla fácilmente, en mi mochila hay unas gafas de sol. A mi no me hacen falta, las compré por fardar con las pingüinas ¿Por qué no las coge?
-¿Haría usted eso por mi?
-Sin duda, ¿por qué no se las prueba?

En las playas de Groenlandia
crece un tiempo espectral, sus colores
los del espectro lumínico,
bañan los corales de cristal.

Rojos verdes amarillos
blancos pardos naranjas violetas
azules malvas y granates, rosados
con pintitas negras, moteados...

Eran de tiza
las letras pintadas
en el caparazón de Margarita,
la tortuga que llegó hasta Groenlandia
para bañarse dos veces en el mismo río
y no lo consiguió.

Ella dice: hoy regreso,
he recuperado el peso
de mi sombra.

sábado, 13 de febrero de 2010

TERRORÍFICO, JUEGO DE NIÑOS


"A fin de cuentas" (Mir, Vitoria-Gasteiz 2009)

Lo que pasa es que eres demasiado bonito y no me canso nunca de mirarte.

Lo que sí que no te digo es que así la gente toda, se enamora, y no es justo para la gente toda, enamorarse de ti.

Creo que ahora recuerdo el vestido: era el Amarillo ¿no? Lo recuerdo bien porque ese vestido te lo regalé yo. Yo, de quien ya no quieres saber nada.

Es que ahora me arrepiento de habértelo comprado en una tienda de segunda mano, por haber dejado que lo llevaras puesto todo el día y se te pegaran chicles y se te manchase todo de polvos pica pica.

Mercromina, eso se te quita con un poco de mercromina. ¿Quieres estarte un poco quieta, niña?

jueves, 11 de febrero de 2010

ESTHER "LA PEGONA"

Cuando éramos pequeños, íbamos a la guardería. Allí conocí a muchos niños y niñas y nos hicimos amiguitos.
Un día, era carnaval, los papás nos disfrazaron. Paco se vistió de vaquero, Rosa Mari, mi mejor amiga, iba de hada madrina; José, mi novio, era el Zorro (Z), y yo... a mi me disfrazaron de mariposa. Luego estaba Alicia, que iba de enfermera, otras niñas y niños de los que no recuerdo el nombre, así que supongo que por eso tampoco puedo recordar cómo iban vestidos; y Esther la pegona. Se decía así, todo seguido. Qué crueles son los niños... Pobre Esther. Pero no puedo acordarme de qué iba disfrazada.

Tengo en casa el álbum de fotos donde aparece ésta. Voy al salón y lo cojo para buscar el disfraz de Esther. La encuentro: "hada madrina". Esther llevaba un vestido azul con tul y gorrito picudo de hada madrina. Me da un poco de pena Esther -la verdad es que no la conocí en absoluto, como a tanto otros compañeros-, pero en este caso viene a mi mente una idea maliciosa: la que nos espera...

No, no es verdad. A estas alturas es tan probable que Esther sea un Hada Madrina como que yo sea una campestre mariposa. También caigo en la cuenta de que confundí el disfraz de Rosa Mari, debió de ser porque estaba al lado de Esther e iba vestida también de azul, un traje muy bonito que no sabría decir si era de princesa o el traje que, de estar en el armario, elegiría toda niña (con buen gusto)...
Bueno, espero que Esther no le diera un pellizco a Rosa Mari antes de que nos hicieran la foto, aunque eso explicaría la expresión de su cara. Yo no quise salir con las demás niñas, no me convencieron para que me separara del pobre José Joaquín (no doy más señas de identidad).

(¡)Atención a la cara de Paco el vaquero (el novio de Rosa Mari que de vez en cuando intercambiábamos por José) que no tiene desperdicio. En fin, les dejo con la foto. Que se diviertan y juzguen por sí mismos:


"La Guardería: fiesta de disfraces" (José de Cadalso, Madrid 1983)

EL SUEÑO DE LA MARMOTA



-No te des la vuelta. 
-¡¿Qué?! 
-Pss, pss. Digo que no mires detrás. Ya falta poco. 
-Perdone, ¿dice algo?  
-Claro, las marmotas siguen dormidas y el resto es lo que queda por llegar, parece mentira... ¿Es usted ciega? 
-¡No! Quiero decir que ... (bajito) yo no veo ninguna marmota por aquí, ¿me permite tocarle la frente de todas formas?  
Lo suponía, está usted delirando. Hay que darse prisa, llamaré a una ambulancia. 
Fiu-fiu-fiu
¿¡Oiga!? No corra... Yo sólo... Vaya, ha debido creer que venía un águila o un buitre... Qué se yo?!

Sobre marmotas (poco recomendable):

Sr. Chinarro - Los Angeles








"-¿Por qué sólo cantas canciones sobre el invierno y la nieve?
-Pues no lo sé. Será porque aquí está oscuro y hace frío. Por eso sólo se me ocurren esas canciones -dije mientras subía-. Ahora te toca a ti.
-¿Te parece bien La canción de la bicicleta?
-Adelante -dije.

Una mañana de abril
monté en mi bicicleta
y por un nuevo camino
al bosque me dirigí. 
Mi nueva bicicleta,
toda de color rosa,
el volante y el sillín
de color rosa,
hasta la pastilla de los frenos
de color rosa.

-Esta canción parece hecha para ti -le dije.
-Claro. Es que es mía. ¿Te gusta?
-¿Puedo oír cómo sigue?
-Por supuesto.

Para una mañana de abril
me encanta el rosa,
pues ningún otro color
es como el rosa.
Mi nueva bicicleta
y también los zapatos
son de color rosa.
El sombrero y el jersey,
de color rosa.
Los pantalones y las bragas,
de color rosa.

-Tus sentimientos respecto al rosa ya han quedado suficientemente claros. Ahora sigue -dije.
-Es que este trozo es esencial -replicó-. Oye, ¿sabes si hay gafas de color rosa?
-Me da la impresión de que Elton John llevaba unas.
-Hum... Bueno, dejémoslo correr. Voy a seguir."

El Fin del Mundo y Un Despiadado País de las Maravillas (Haruki Murakami)

TELEVISIÓN EDUCATIVA



Soñaba algo muy raro. No lo recuerdo bien del todo... Yo era profesor y no se bien por qué todos los chicos suspendían lengua y matemáticas.

- ¿Todos?

- Sí, todos.

Entonces, para saber cómo era que había pasado eso, me hacía pasar por uno de ellos y estaba allí, en el pupitre, con una maleta al lado... En clase. Justo entonces, cuando el profesor levantaba los brazos para explicar algo, sonó el despertador. Y me desperté.

miércoles, 10 de febrero de 2010

NIEVA

Ha nevado. He subido la persiana y ahí estaba la ciudad, cubierta por un manto blanco. Seguro que hoy vuelve a hacer mucho frío (tengo que acordarme de abrigarme bien).

Hoy no haré ninguna foto, tengo mucho que estudiar. Y ahora que me acuerdo, tampoco tengo cámara de fotos (aunque me hubiese dado lo mismo...)

Parece que empieza otra vez a nevar (algunos copos flotan suspendidos en el aire). Después, sigue nevando con más fuerza y todos los copos caen en la misma dirección. Se como va a terminar: todos los copos de nieve bailando; se de lo que hablo, lo he visto muchas otras veces cuando el viento amaina pero sigue nevando mucho.

No puedo entretenerme más. Tengo que salir a la calle.

RADIOGRAFÍA

Imagen: The heart is a lonely hunter (Ryan Waller)

No dejas espacio para querer 
otra cosa, esta penumbra  
aire irrespirable 
cultivo eléctrico de huesos  
y matorral.

Imaginad qué  
sombra aislada de corporeidad 
espacio vacío 
vano, resquicio  
siluetas en la oscuridad de la noche inventada  
que caminamos
dormidos 
-no son más- 
son estelas de otros caminos. Alondra 
de la mañana.

domingo, 7 de febrero de 2010

NANA

Mi mente quiere volarse
con la descripción del cielo azul,
encuentra la excusa perfecta
entre blancos pétalos de nube
para hacer de los búfalos
y de las mujeres que se asoman
otras formas de algodón.

Por eso, cojo el bolígrafo y escribo,
mi mente quiere volarse ...


La paz no puede depender de generalizaciones
pero es necesario, en muchos casos, generalizar.

VOLUNTAD PARA CONOCER

He oído las palabras de un sabio indio, Philip Deere, que allá en los años setenta, hablaba de la decadencia de las ciudades modernas y explicaba por qué creía él que esto sucedía en el caso particular del pueblo indio, de los nuevos jóvenes que salieron del orden establecido por su ancestral gobierno espiritual.

La consecuencia principal de este hecho ha sido, según él, la frustración; frustración por no ser ellos mismos, por querer ser algo que no son. Quizás, a esto haya que añadir algo que también señala: ese gobierno les ha sido impuesto desde fuera, por el hombre blanco, y todos los países que se han convertido a su "religión" han sido confundidos, están confundidos. Esta confusión se manifiesta, desde su punto de vista, en cosas tan pequeñas como los envases de comida -los ingredientes se pueden leer en ellos, pero ¿sabe alguien de verdad lo que come?- y, más importante todavía a mi parecer es que esa decadencia, dice Philip Deere, se manifiesta en expresiones tan cotidianas como que para poder cruzar la calle sin ser atropellado haya que tener un Stop con luz roja y Adelante con luz verde.

Lo expresa magníficamente, con una visión tan clara y brillante que conmociona y conmueve.
 
Venía dándole vueltas al final del extracto de Anne Carson que dice que la paz es una cuestión de generalizaciones. Cuando la paz proviene de una serie de normas sociales, generalizadas y externas a nuestra propia conciencia y convicción, convicción que en este caso creo que Anne Carson equipara con el hecho de que durante siglos en la civilización occidental las normas hayan sido impuestas por hombres*, en cuanto dejen de darse las circunstancias que permiten el pacífico desarrollo y cumplimiento de las normas establecidas para la convivencia común, empezará la guerra.  

Para mi, de cualquier forma, es interesante señalar el origen, es decir, que han sido impuestas, desde fuera (valga la redundancia). Los habitantes de Platea han sido convencidos de que son necesarias y, a la vez, que son las que cuentan. Si la paz solo depende de esto, es probable que al margen de esas generalizaciones, se termine en el famoso y triste ¡¿"todo vale"?!
 
Creo que a los seres humanos no todo nos vale y para nosotros no todo vale.

Cuentan los psicólogos que una niña sobre protegida, jugará con sus muñecos y que una niña sobre exigida, se sentirá más cómoda en la acción. Esto solo es una explicación, ya no somos niños, así que ... En el sentido en que esas normas vengan como algo impuesto, sin ninguna base o atisbo de creencia personal,  carecerán de sentido y penderán, por lo tanto, de un hilo: la paz pende de un hilo y "es una cuestión de generalizaciones".
 
Del mismo modo, es interesantísima la forma en la que Philip Deere diferencia el origen de las costumbres tribales, que no son normas creadas por los hombres y que se remontan miles de años atrás.  Creo yo, que el hombre se ha vuelto un lobo para el hombre porque está abrumado, en muchos casos, por la norma, porque no es valiente o le resulta imposible discriminarse de la norma, bien porque no sabe aceptarla sin comulgar con ella o porque no puede vivir al margen de esta.  El hombre se ve en la tesitura de buscar la felicidad y de sentirse libre para ejercerla por el mero hecho de ser hombre, así, lo que sucede en los peores casos para poder vivir dentro de la norma es que se encuentre a sí mismo rescatando la norma de su desagradable desapego decadente.
 
Particularmente, creo que es imposible y que no puede revertir en beneficio alguno, ni para uno mismo ni para los demás, a la larga, no formar parte de esto que rige lo que llamamos norma y que habitamos en La Ciudad. Al mismo tiempo me pregunto si tiene que ser de obligado cumplimiento  comulgar con algo que estamos en claro desacuerdo.

(Continuará ...) 

Hasta entonces, me voy con la música a otra parte:

*Si alguien está o no de acuerdo con el matiz feminista de Anne Carson, hágalo saber, por favor, para que podamos así comenzar una nueva forma de convivencia afectada por otras normas, en esta ocasión, el chantaje (JA. JA)

miércoles, 3 de febrero de 2010

"EN LA SUSTANCIA NEGRA DE LA NOCHE AJENA"

Gracias a las intrigas de algunos de sus partidarios dentro de la ciudad, los tebanos entraron sin ser notados, pero al instante perdieron de vista su propia estrategia. Su plan era claro y sencillo: atacar inmediatamente. En cambio, formaron en armas en la plaza, descansaron y proclamaron el comienzo de una negociación. ¿Por qué? (...) "cuán accidental es nuestra vida tras tantos siglos de civilización", dice Virginia Woolf. Entretanto, los plateos estaban desmontando su civilización desde dentro, perforando las paredes medianeras que había entre unas casas y otras a fin de juntar sus fuerzas y lanzarse como un solo hombre contra los tebanos. (...)

"Con el cabello al viento, como la cola de un caballo de carreras", dice Virginia Woolf de la rapidez de la vida. También la muerte es rápida, en calles donde reina el pánico en noches sin luna (...), y además llovía, no sólo lluvia sino también piedras y tejas arrojadas desde sus casas, entre gritos y alaridos, por mujeres y esclavos. Murieron porque en la sustancia negra de la noche ajena todas las calles les parecían la misma... (...). Alguien cerró la puerta por donde habían entrado, no con un pestillo al uso, sino introduciendo una contera de jabalina: ¡fuera reglas del juego! Y tal vez fue por esto por lo que de pronto supieron, mientras corrían patinando en el barro, que la paz había terminado y estaban en guerra. Pues la paz es una cuestión de generalizaciones.

Extracto de Tiempo Habitual: Virginia Woolf y Tucídides sobre la guerra. ANNE CARSON, "Hombres en sus hora libres"

lunes, 1 de febrero de 2010

NO TIRAR PIEDRAS EN EL PROPIO TEJADO (PUDIENDO TIRARLAS EN EL DEL VECINO DE AL LADO)

Metimos las cosas en el maletero y salimos zumbando de allí. En el coche hablamos sobre lo ocurrido:

- ¿Sabes? No me gusta cuando los neumáticos chirrían en las películas de acción, me parece un recurso facilón. Y efectivo, no digo que no, pero hace creer a los neumáticos responsables por algo de lo que es imposible culpar a unos neumáticos. ¡Si sólo son cuatro ruedas!

Por dios ... ¿Te imaginas a unos neumáticos diciendo "pinto pinto gorgorito saca la mano del papelito"?
Ahora no consigo recordar ninguna, pero sabes a lo que me refiero, ¿no? ¡Sí, hombre! Si lo tengo en la punta de la lengua. Sommers Town no, Somehow ... Tampoco. Esto ...

- ¡Ah! Yo tengo una: Asesinos Natos.

- ¡Exacto! Eso es, cariño. Gracias.

Honey se distrae un momento, se ha puesto el sol y el espectáculo que ofrece el paisaje a través de la ventanilla es espectacular.

Luego se gira y mirando a Mike:

- Oye Mike ... Cuando has dicho eso, ya sabes, lo de la peli en la que salen los tipos esos tan raros que uno es carnicero y otra es fugitiva ... Bueno, quiero decir, ¿lo has dicho para que me callase o lo piensas en serio?

- Pero Honey Moon, no te pongas así ... Si yo no he dicho nada.

- Ah, ya, y ahora dirás que tampoco has hecho chirriar los neumáticos, ¿eh? ¿eh?