lunes, 2 de marzo de 2009

EL NAÚFRAGO



El Naúfrago tiene un puestecito de harapos para princesas en la playa. Le gusta tararear canciones que recuerdan el sonido del mar.

Un día decidí pasarme por su orilla pero no le compré nada porque estaba triste y me daba pena derrochar un par de lágrimas. Al día siguiente volví, El Naúfrago cantaba una de Antonio Vega, me miró contento y me dijo: ¡La Chica de Ayer! Y se empezó a reir."Ese chico triste y solitario", le contesté. ¡Pues a mi me encanta! (Tan feliz lo dijo que no pude más que sonreir).

Volviendo otro día del metro lo encontré disfrutando de los primeros rayos invernales de sol. Yo venía pensado en un lugar parecido al de la fotografía del Bukowski y él me indicó dónde podría encontrarlo. Pero hoy estará cerrado, ¿no? Se despidió.

Me caé muy bien este hombre, parece estar en paz con la vida y tengo que reconocer que me da un poco de envidia. Pero también es verdad que es algo mayor que yo, y claro, eso me anima.

"(...) poco importa

poco amor
o poca vida
no es tan malo

lo que cuenta
es observar las paredes
yo nací para eso

nací para robar rosas de las avenidas de la muerte."
(Culminación del dolor, Bukowski)

1 comentario:

The Quiet Man dijo...

me sentiría naúfrago si ya no observáse las paredes, si ya no pudiése robar rosas al amanecer ... si ya no admiráse el vuelo de las golondrinas ...