"Más allá de los volcanes" (Mir, Vitoria-Gasteiz 2009)
Sería todo más fácil si lo hiciera
pero yo no creo en Dios.
Sería más sencillo subir las escaleras si lo hiciera
pero ya no creo en vos.
Todo cambiaría como nunca lo ha hecho antes
bajar las escaleras y salir
cuatro meses y seis días encerrados
mirando películas de acción.
Creo que todo lo que ha pasado ha sido culpa mía
aunque yo no creo que ... ¿Hace falta seguir mirando a través?
I. Cariño, tengo preparadas las maletas
he comprado un billete de avión, me marcho lejos
donde nadie sepa de nosotros.
Todavía no tengo del todo claro porqué lo hago
son las lunas y los soles colgados de ese freno
las que me empujan a coger ese vuelo.
II. Ayer conocí a alguien que dice conocerte.
Es un hombre muy delgado que fuma en pipa y bebe chinchón,
me contó que os llevabais muy bien cuando vivías en este lago.
Estuve tomando café con él y dice que le gustaría volver a verte,
hablar de los viejos tiempos,
pero añadió después que eso ya ha pasado.
No lo he entendido
nunca me contaste que habías vivido en Canadá.
Me habló también de otro viejo amigo vuestro, un tal Tomás.
Me pasaré por su tienda en la calle Oeste esta misma tarde.
III. Estoy subida en una de sus alfombras
vuelvo a casa cantando los días y las noches
haciéndome preguntas tontas que ahora no consigo recordar.
Estoy impaciente por llegar y que me cuentes que has estado haciendo
cuántas noches has salido, a quién has conocido durante todo este tiempo.
Se que te veré cambiado, yo tampoco soy la misma.
No he dejado de fumar.
IV. Una noche, estando en Quebec, soñé contigo:
estabas sentado tejiendo una alfombra muy larga
llenando la ventana de estrellas amarillas con sabor a limón.
Eras feliz. No pude evitar llorar,
pero en este caso no era lo mismo
porque lloraba de felicidad por ti
sabiendo que no necesitabas volver a recordar
todo aquello que, como dijo tu amigo,
ha pasado ya.
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