sábado, 14 de noviembre de 2009

AGUA EN LA LUNA, EL DETERMINANTE INDEFINIDO



Puedo hablar de ella porque siempre que yo la he visto era así de pequeña, aunque eso no quiere decir que no sea grande. No puedo asegurar lo mismo de su olor, ni de su tacto, ni de su voz, ni de su sabor ... ¿Por qué? ¿Es que no huele a nada? ¿Es muda e insípida? ¿O soy yo la sorda manca sin lengua? Si tú has estado con ella podrás decirme qué es lo que pasa; pues cuando yo solía estar en su compañía en este sitio era suave como las alas de la mariposa, y me supo dulce y hablaba de mar en calma, de hojas quietas y visión extasiada. Sin embargo, un año después en aquel mismo sitio que es éste, el balcón de mi casa, se ha secado y es inolora como el agua del grifo y no como la estancada que aunque huele peor, por lo menos huele a algo, y tampoco sé a qué sabe porque no me apetece probarla, y no sé cómo se siente su superficie porque no llego a tocarla. Pero si que oigo las voces, no sé si es ella que a lo lejos me llama o si es mi cabeza que me engaña por los ojos que me dicen que ahora me molesta -¡quítate de ahí!- porque en ninguna oscuridad infinita de mí se aparta, y hoy ya no es misteriosa sino otra rutina más del paisaje que parece un sembrado artificial de semillas de ladrillo y alquitrán.

Así que muevo mi mano y ya no la veo, la he tapado con un solo dedo; entonces, ya tengo argumento para quien me diga que esto es un cuento, que en realidad tiene una superficie de Phi millones de metros al cuadrado, y un volumen de Phi millones de balones, porque por más que me gire, camine o me tumbe de lado, boca arriba o boca abajo, o haga el pino o más bien el tonto, siempre sigue igual de plana. Y yo lo que quiero saber es qué habrá detrás de ella que tan bien siempre guarda: ¿Es el relleno de un agujero que conduce a la nada? ¿O la nada es donde estamos nosotros ahora y lo que da sentido a toda nuestra búsqueda está detrás de su camino luminoso? ¿O simplemente es un trozo de papel del color de la pared de mi habitación que alguien pegó ahí para divertirse con nuestras supuestas suposiciones?

Sea lo que sea y lo llamen como lo llamen, de ahí no se moverá nunca esa imagen etérea, y creo que siempre nos separará la misma distancia por más que me quede aquí o me vaya a Parla y por más que me empeñe en tocarla con un dedo o, sintiendo su lejanía, en observarla. Y como yo no he nacido para ser astronauta, ¿para qué quiero pisarla? ¿para conquistar lo inconquistable? No me quiero indigestar de vacío, eso no explicaría nada de lo que siento cuando la miro, ni por qué los lobos la aúllan y los locos se vuelven más locos cuando se muestra completa, y tampoco nos revelaría el porqué de su existencia. Entonces, ¿para que olvidar su magia?

*Quiero volver ... Lo escribí en el 98 ... Todo me parecía ajeno y me lo vuelve a parecer, me he acercado un poco más a casi todo lo que ha llamado mi atención, pero no he conseguido saber mucho más. Solo dolerme y doler contra las paredes y, quizás, agradecer al Inventor de Soledades que me volviera a hacer una visita ayer para recorrer juntos otra vez todos esos Mares.

¿Qué más da?- dirá él. Mañana se nos olvida.
Puede que sí, pero mira, no es malo que cada uno se entere de lo que puede ...
Un saludo!

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