martes, 16 de marzo de 2010

LA TERRAZA. ECLECTICISMO. HUMO


Estaba con Tea y me preguntó qué tal actriz me parecía L.W. 

No es tan buena como M.C. ni tan mala como J.R. Contesté. 

Oscar y Sylvia dicen que es muy mala actriz porque claro,"el que mucho abarca poco aprieta" y L.W. también canta y fotografía y seguro que cose en sus ratos libres. 
Yo pienso -dijo B., que a lo mejor, entonces, si a ti no te parece tan mala, será que sólo la envidian. 

Pues no se si ellos preferirían cantar y coser y fotografiar también... Respondí de forma escueta.

Me pareció ver que Tea guiñaba un ojo entre el humo del tabaco en la terracita, pero después se lo frotó con la mano. Se me ha metido el humo en el ojo... Dijo para el cuello de su camisa. Dicen que te van las cosas bien, ¿qué haces últimamente?

Coso, hago fotos, canto, y actúo los fines de semana.

Y Tea esbozó una pícara sonrisa y se marchó, dejándome allí hablando sola con las plantas y el bonsai azul. Recuerdo bien la disposición de todos los muebles que reconfortaban en el calor de la terracita -cinco personas entran y salen a cámara rápida y después, la terraza, aparentemente vacía, se llena de ecos y espejismos de camellos rosas y pingüinos salvajes descansando junto al salón las horas de nuestros días de cercanías-.

¿Sabes Tea? Dicen que no te puedo ver porque sólo me llega el olor a tierra mojada que entraba por allí cuando en verano, la ventana estaba abierta y llovía.

Tea cogió el bolso, metió los libros que había sacado y se fue a la cama. Estaba cansada.
Al día siguiente volvimos a quedar en un bar de Valpàssie, con más energía y un poco menos cansadas.

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